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Que Carnes Sirven Para La Parrilla?

Que Carnes Sirven Para La Parrilla
¿Cuáles son las mejores carnes para la parrilla? – En Fiestas Patrias, los cortes de vacuno preferidos son todos aquellos que se pueden asar en la parriilla. Su preparación es parte fundamental en la celebración nacional. Algunos de estos cortes son: entraña, punta picana, sobrecostilla, asado de tira y lomo liso o vetado.

  1. Los precios han subido, debido a las alzas que se registran a nivel nacional;
  2. Por lo mismo, existen opciones más económicas;
  3. Estas pueden ser asado carnicero, sobrecostilla, huachalomo, abastero y tapabarriga;

Otro corte que es muy demandado en este fechas también es la posta negra. Es ampliamente solicitado, por ejemplo, para fabricar empanadas y asar anticuchos. Se trata de un corte de carne magra, que cuando es cocinada queda blandas y jugosa. Por último, en la carne de cerdo, como cortes favoritos se alzan el costillar, chuletas vetadas, chuletas de centro, paleta, pulpa de pierna deshuesada y malaya.

¿Cuál es la carne más blanda para la parrilla?

Huachalomo: – el corte ideal para la parrilla es conocido como corte americano, que es huachalomo con sobrecostilla. Es una carne más económica, pero por su estructura de fibras queda muy blanda a la parrilla. Se le agrega sal antes de ponerlo a la parrilla y se cocina por 20 minutos a temperatura media, luego se da vuelta y se cocina por 12 minutos más.

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    ¿Qué debo comprar para una parrillada?

    ¿Cuál es la mejor carne de res para asar al carbón?

    ¿Cómo saber que es el mejor corte? – Pexels | Lukas Para asar a la parrilla de forma rápida y sencilla, busca cortes con carne de músculo tierna, veteado de grasa completo o una combinación de los dos. Los cortes de lomo como: filet mignon, chuletón, T-bone, tiras y solomillo son algunos de los filetes más populares para asar a la parrilla, pero los cortes menos conocidos como la picaña, el tri-tip y la percha, quedan igual de bien, con un poquito más de cuidado.

    ¿Qué lomo es mejor para la parrilla?

    El lomo vetado es considerado un corte emblemático y siempre ganador: de hecho es uno de los cortes de vacuno para la parrilla preferidos porque reúne las características más deseadas de la carne de vacuno. Tiene una veta de grasa que divide el corte en dos : la llamada “tapa” y el “ojo de bife”.

    La tapa, a pesar de no ser la parte más bonita, es la más apreciada por su sabor y terneza. El ojo del lomo tiene forma ovalada y es blando también. Sus ramificaciones de grasa son las que lo hacen distintivamente atractivo: al asarla, la pieza se impregna de ellas.

    Al escoger el corte, hay que fijarse en que la grasa sea blanca: la calidad de la grasa es importante ya que determina el sabor.

    1. Escoge el corte que tiene más vetas de grasa : la recomendación de este tipo de corte tiene dos motivos. Por un lado, un corte con bastantes vetas de grasa puede ser indicador de que el animal fue alimentado muy bien. Por otro, la carne con más grasa tiene un sabor más intenso.
    2. Si la haces en medallones : debes cortar considerando al menos dos dedos de ancho (entre 2,5 cm y 4 cm). De esta forma, se evita que se queme y es posible modular mejor el ritmo de la cocción.
    3. Ponle sal antes : si bien hay argumentos a favor de salarla durante o después, los que plantean hacerlo previamente sostienen que de esta manera se genera una costra deliciosa formada por la sal y los jugos. Se recomienda salarla 45 minutos antes de ponerla a la parrilla, con sal gruesa, por ambos lados. Por supuesto, se corre el riesgo de echarle demasiada sal, por lo que la cautela siempre es recomendada. Algunos incluso sugieren aplicar esta técnica en cortes que pesen más de 2 kilos.
    4. El momento preciso para ponerla a la parrilla : un secreto esencial de cualquier parrillero con algo de experiencia debe saber es que la carne no se lleva bien con el fuego. De hecho, cuando pones la carne directamente al fuego lo que haces es cocerla por fuera, mientras que el interior queda crudo. Es necesario esperar a que el carbón ya esté convertido en brasas, es decir, una vez que han pasado unos 30 o 45 minutos desde que se prendió el carbón, cuando este se empieza a ver blanco por arriba y rojo por abajo.
      1. Otra alternativa es agregar sal por toda la superficie una vez que la pieza haya sido sellada;
      2. De este modo el carbón es una fuente de calor suficiente y constante;
      3. Tampoco hay que olvidar que no se debe agregar carbón cuando la carne ya está sobre la parrilla, ya que altera el nivel de calor proporcionado por las brasas;

      Nota aparte es destacar que lo esencial al cocinar es mantener control sobre la temperatura. En este sentido, algunos parrilleros prefieren la leña en vez del carbón, e incluso priorizar la parrilla eléctrica o a gas, por la facilidad para llegar a la temperatura justa.

    5. Sellar, no cocer : para poder contener los jugos, lo primero que hay que hacer es sellar la carne por ambas caras. Si se trata de bifes, con tan solo con uno o dos minutos por lado, a fuego fuerte -la mano tolera 3 segundos- , quedará lista para luego propiamente a asarla. Si se trata de la pieza completa, 5 minutos por lado.
    6. El juego se llama “paciencia”: la carne debe ponerse por el lado que se vea con más grasa por 45 a 60 minutos, a fuego medio fuerte -la mano soporta entre 4 y 6 segundos-. Luego se da vuelta y se asa por 30 a 45 minutos más. Si estamos asando bifes, con 8 minutos por lado y lado debería quedar perfecta.
    7. Se puede tocar la carne para verificar que está lista: eso sí, debe medirse el ojo del lomo, no la tapa, ya que esta última tiene más grasa, por lo que puede ser engañosa. La carne se sentirá más dura al tacto mientras más cocida esté.
    8.   No la pinches ni la cortes : algunos parrilleros son muy exigentes con este punto y piensan que al manipular la carne con un tenedor, se le escurren los jugos. Por ello, se recomienda usar tenazas. Tampoco es buena idea cortarla para saber si está lista: es mejor presionar la carne con un dedo. Estará en su punto si al hacerlo recupera su forma rápidamente.
    9. Al retirar de la parrilla, permite que la carne repose 5 minutos para que los jugos se esparzan por toda la pieza.

    Con estos tips ya podrás disfrutar de uno de los cortes de vacuno para la parrilla más sabrosos y tiernos. .

    ¿Cuál es la carne más jugosa para asar?

    Generalmente, las mejores piezas para asar carne, son aquellas de categorías superiores, es decir, las piezas grandes que poseen la carne limpia y jugosa. Estas piezas se adaptan muy bien a los métodos sencillos de cocción, independientemente que sean piezas de cerdo, vacuno o cordero.

    Si utilizamos cerdo, las piezas más adecuadas son el solomillo, la paleta, el costillar y la cinta de lomo. Aunque también está el cochinillo, que lo podemos preparar entero. Si nos decantamos por el vacuno, las ideales son el solomillo y el lomo alto, ambas piezas son estupendas para asar aunque también podemos hornear la cadera o el costillar.

    Con el cordero las paletillas, piernas y carre (chuletas unidas y sin deshuesar), son las piezas más apropiadas y las más sabrosas. Si elegimos una carne de una cría de cordero o cabra, la pieza a asar suele ser un ½ o un ¼ del animal. Cuando pensamos que carne elegir para un asado , podemos optar por cualquiera de los tipos mencionados, ya que todos tienen un gran sabor y son los más adecuados.

    ¿Cuál es el corte de carne más suave y jugoso?

    La suavidad de la carne es de los principales criterios en  base al  cual  los  consumidores  juzgan  la  calidad  de  la  misma. Es por ello que para los productores y procesadores de carne de res, se vuelve importante conocer los factores que influyen en su suavidad, para poder así controlar las variables  involucradas y generar un  producto de gran aceptación para el consumidor.

    Son tres los factores principales asociados a la suavidad de la carne: la fibra muscular, el tejido conectivo y los lípidos asociados a este tejido. Sin embargo, los lípidos tienen poca importancia al respecto y la evidencia científica no es muy abundante, atribuyéndoles que están más asociados a la jugosidad que a la suavidad en sí.

    El tejido conectivo es el que establece la conexión con los otros tejidos y sirve de soporte a diferentes estructuras del cuerpo. Un bajo contenido de tejido conectivo se asocia con la suavidad, es por ello que durante el envejecimiento de los animales se disminuye esta suavidad ya que el ejercicio adicional que los animales viejos han experimentado causa un reforzamiento de las estructuras de las fibras del tejido conectivo lo que aumenta la dureza de la carne.

    Las fibras musculares son la unidad estructural que constituye el tejido muscular. El grado de contracción del músculo está relacionado directamente con la suavidad que tendrá el mismo, por lo que hay diferencias en  la suavidad de cada músculo según su localización en el animal vivo (grado de tensión local) y  su  función  fisiológica.

    Es por ello que los músculos menos utilizados por el animal, como los del lomo, tienden a ser más tiernos que los de la pierna, que son músculos altamente ejercitados por el animal. Entonces hablando en términos generales los cortes más suaves son ribeye, T-Bone, sirloin, filete, cortes del lomo; los cortes con suavidad media son pulpa bola, pulpa negra, pulpa blanca; y los menos suaves son diezmillo, chamberete, pecho y falda.

    La suavidad de un corte de carne puede incrementarse mediante diferentes métodos, como son métodos mecánicos, métodos químicos, el proceso de maduración y métodos de cocimiento. Los métodos mecánicos se basan en la ruptura del tejido conectivo mecánicamente, pasando la carne a través de pequeñas agujas o cuchillas.

    De forma casera se hace uso de un martillo para carne con el cual se golpea la superficie de la carne rompiendo así el tejido conectivo. Los métodos químicos se basan en el uso de inyección o marinados con enzimas que rompen los enlaces proteicos de la carne,  una práctica cada vez más usada en el mercado.

    Se debe tener mucho cuidado en el uso de esta técnica ya que si se excede, la carne perderá toda su consistencia y firmeza. También se puede hacer uso de ingredientes ácidos (el vino, vinagres u otro jugo de cítricos) o alcalinos (salsa de soja).

    Este tipo de ingredientes combinados con aceites, hierbas y condimentos pueden ser utilizados eficazmente para ablandar cortes de carne. El proceso de maduración es otro método que ayuda a incrementar la suavidad de la carne. Después del sacrificio se inician cambios en la carne que tienden a hacer que la misma se  vuelva  progresivamente  más  suave, estos cambios ocurren naturalmente (debido a la acción enzimática) en los tejidos musculares almacenados en refrigeración.

    Durante esta maduración, el aumento en la suavidad se da rápidamente durante los primeros 3 a 7 días, período después del cual esta mejoría es relativamente pequeña. La carne también puede lleva un proceso de añejamiento (seco o húmedo) como alternativa para mejorar la suavidad, la cual se lleva a cabo en una cámara de refrigeración con condiciones controladas de velocidad del aire, humedad y temperatura, durante un tiempo entre 14 y 21 días.

    Los métodos de cocimiento a temperaturas correctas mejoran la suavidad en ciertos cortes. Durante  un  proceso  de  cocción  adecuado,  la suavidad se mejora al transformarse el colágeno, que forma parte del tejido conectivo, de su forma viscosa original en gelatina mucho más suave y, además, se produce una separación de las fibras musculares que también contribuye a disminuir la dureza.

    Si el proceso de cocción no es el indicado, se  puede  provocar  una  contracción  de  las  fibras musculares  y  una  pérdida  de  humedad  excesiva  que provocarían pérdida de suavidad. En general podemos clasificar los métodos de cocción en dos categorías: con calor húmedo y con calor seco.

    La cocción por calor seco es cuando la carne se cocina rodeada de aire caliente como en los hornos, o bien donde esta  se  fríe  en  grasa; es  recomendable  para  aquellos  cortes  suaves, ya que este método no suele mejorar  la  suavidad  al  provocar  una  solidificación  de  las proteínas que generan una textura de mayor dureza.

    La  cocción  con calor húmedo es  donde  la  carne  se cocina por medio de vapores o se sumerge en líquidos calientes, lo cual contribuye sustancialmente al mejoramiento  de  la  suavidad  gracias  a  su  efecto  sobre  el colágeno,  por  lo  cual  es  el  método  más  indicado  para cocinar  cortes menos suaves.

    Conocer las características de cada tipo de corte de carne permite determinar cómo se va a preparar, si se utilizará algún método para incrementar su suavidad como el marinado o determinar que método de cocción conviene utilizar dependiendo el tipo de corte.

    ¿Cómo se pide la carne para asar?

    ¿Cómo comprar carne para un asado?

    Consejos para comprar carne de asado de calidad – Si tu día a día te lo permite, compra la carne para tus parrilladas en carnicerías, así te aseguras de que sea fresca. Pide a tu carnicero los cortes que creas sean lo ideal para tu barbacoa, dile los nombres específicos y si es de confianza, pídele algo de ayuda para elegir. .

    ¿Cuál es el corte de carne más suave y jugoso?

    La suavidad de la carne es de los principales criterios en  base al  cual  los  consumidores  juzgan  la  calidad  de  la  misma. Es por ello que para los productores y procesadores de carne de res, se vuelve importante conocer los factores que influyen en su suavidad, para poder así controlar las variables  involucradas y generar un  producto de gran aceptación para el consumidor.

    • Son tres los factores principales asociados a la suavidad de la carne: la fibra muscular, el tejido conectivo y los lípidos asociados a este tejido;
    • Sin embargo, los lípidos tienen poca importancia al respecto y la evidencia científica no es muy abundante, atribuyéndoles que están más asociados a la jugosidad que a la suavidad en sí;

    El tejido conectivo es el que establece la conexión con los otros tejidos y sirve de soporte a diferentes estructuras del cuerpo. Un bajo contenido de tejido conectivo se asocia con la suavidad, es por ello que durante el envejecimiento de los animales se disminuye esta suavidad ya que el ejercicio adicional que los animales viejos han experimentado causa un reforzamiento de las estructuras de las fibras del tejido conectivo lo que aumenta la dureza de la carne.

    Las fibras musculares son la unidad estructural que constituye el tejido muscular. El grado de contracción del músculo está relacionado directamente con la suavidad que tendrá el mismo, por lo que hay diferencias en  la suavidad de cada músculo según su localización en el animal vivo (grado de tensión local) y  su  función  fisiológica.

    Es por ello que los músculos menos utilizados por el animal, como los del lomo, tienden a ser más tiernos que los de la pierna, que son músculos altamente ejercitados por el animal. Entonces hablando en términos generales los cortes más suaves son ribeye, T-Bone, sirloin, filete, cortes del lomo; los cortes con suavidad media son pulpa bola, pulpa negra, pulpa blanca; y los menos suaves son diezmillo, chamberete, pecho y falda.

    La suavidad de un corte de carne puede incrementarse mediante diferentes métodos, como son métodos mecánicos, métodos químicos, el proceso de maduración y métodos de cocimiento. Los métodos mecánicos se basan en la ruptura del tejido conectivo mecánicamente, pasando la carne a través de pequeñas agujas o cuchillas.

    De forma casera se hace uso de un martillo para carne con el cual se golpea la superficie de la carne rompiendo así el tejido conectivo. Los métodos químicos se basan en el uso de inyección o marinados con enzimas que rompen los enlaces proteicos de la carne,  una práctica cada vez más usada en el mercado.

    1. Se debe tener mucho cuidado en el uso de esta técnica ya que si se excede, la carne perderá toda su consistencia y firmeza;
    2. También se puede hacer uso de ingredientes ácidos (el vino, vinagres u otro jugo de cítricos) o alcalinos (salsa de soja);

    Este tipo de ingredientes combinados con aceites, hierbas y condimentos pueden ser utilizados eficazmente para ablandar cortes de carne. El proceso de maduración es otro método que ayuda a incrementar la suavidad de la carne. Después del sacrificio se inician cambios en la carne que tienden a hacer que la misma se  vuelva  progresivamente  más  suave, estos cambios ocurren naturalmente (debido a la acción enzimática) en los tejidos musculares almacenados en refrigeración.

    Durante esta maduración, el aumento en la suavidad se da rápidamente durante los primeros 3 a 7 días, período después del cual esta mejoría es relativamente pequeña. La carne también puede lleva un proceso de añejamiento (seco o húmedo) como alternativa para mejorar la suavidad, la cual se lleva a cabo en una cámara de refrigeración con condiciones controladas de velocidad del aire, humedad y temperatura, durante un tiempo entre 14 y 21 días.

    Los métodos de cocimiento a temperaturas correctas mejoran la suavidad en ciertos cortes. Durante  un  proceso  de  cocción  adecuado,  la suavidad se mejora al transformarse el colágeno, que forma parte del tejido conectivo, de su forma viscosa original en gelatina mucho más suave y, además, se produce una separación de las fibras musculares que también contribuye a disminuir la dureza.

    Si el proceso de cocción no es el indicado, se  puede  provocar  una  contracción  de  las  fibras musculares  y  una  pérdida  de  humedad  excesiva  que provocarían pérdida de suavidad. En general podemos clasificar los métodos de cocción en dos categorías: con calor húmedo y con calor seco.

    La cocción por calor seco es cuando la carne se cocina rodeada de aire caliente como en los hornos, o bien donde esta  se  fríe  en  grasa; es  recomendable  para  aquellos  cortes  suaves, ya que este método no suele mejorar  la  suavidad  al  provocar  una  solidificación  de  las proteínas que generan una textura de mayor dureza.

    La  cocción  con calor húmedo es  donde  la  carne  se cocina por medio de vapores o se sumerge en líquidos calientes, lo cual contribuye sustancialmente al mejoramiento  de  la  suavidad  gracias  a  su  efecto  sobre  el colágeno,  por  lo  cual  es  el  método  más  indicado  para cocinar  cortes menos suaves.

    Conocer las características de cada tipo de corte de carne permite determinar cómo se va a preparar, si se utilizará algún método para incrementar su suavidad como el marinado o determinar que método de cocción conviene utilizar dependiendo el tipo de corte.

    ¿Cuáles son las carnes más blandas?

    La preparación de carnes rojas a cocción lenta ha ido ganando adeptos durante el último tiempo, gracias a los beneficios culinarios que presenta. Cortes más blandos y sabrosos asoman como las principales ventajas tanto para los comensales como para los encargados de la cocina o la parrilla.

    Cocinar a temperaturas no tan elevadas ha demostrado tener una serie de ventajas, como mantener más sabor, color y textura en todas las proteínas, por lo que no son pocos los que se animan cada vez más a probar este método.

    Pero para realizar una preparación a cocción lenta no solo influye la temperatura, sino que también es importante conocer los cortes más adecuados que pueden ser utilizados para la olla o parrilla. En ese sentido, aunque los gustos son variados y, por lo tanto, no existe un corte en particular, los expertos en carnes de Tottus señalan que los cortes más recomendados para la olla son plateada, tapapecho, asado de tira, pollo ganso y choclillo.

    Y para los parrilleros señalan cortes como asiento, punta de ganso, punta picana, asado del carnicero, asado de tira y abastero. Estos nombres son los más recomendados para aventurarse en el mundo de las cocciones lentas, pero como indican desde Tottus, además del tipo de corte, influyen otros factores en una preparación, como la raza o edad del animal.

    Chile cuenta con una detallada tipificación de la carne bovina que permite a los consumidores reconocer, en gran medida, la calidad de los cortes.